jueves, 14 de febrero de 2013

Lubinas y paseantes, entre el amor y el odio



Preciosa lubina en superficie que entró a un paseante a pleno sol.
Recientemente explicaba en una entrada mi gusto por los paseantes hundidos, pero sus hermanos en versión flotante también los considero indispensables y los que me conocen saben que soy un deboto de la superficie. El caso es que también rindo culto a la lubina, dedico muchos ratos a su observación y unos pocos menos a su pesca. De esas salidas, la acción de superficie es la que copa más horas. Me gusta batir la capa de agua más superficial, tanto si pesco con paseantes como si decido poner un vinilo. Tal vez es esa emoción de pescar a pez visto, de sorprenderse gratamente y notar cómo se acelera el pulso cuando un llobarro se decide a romper el agua tras perseguir la muestra, a la vez que se oye el clásico "blop" cual botella de vino descorchándose.

Durante las noches estivales se suelen pescar lubinas con paseante.
No creo que mi adicción a esta pesca se ciña sólo a estas magníficas sensaciones que me regala cada encuentro con las lobas. Supongo que mi fé ciega en ella, y los buenos resultados que siempre me ha proporcionado, me da la seguridad necesaria como para ser consciente que estoy haciendo algo que funciona y tarde o temprano tendré el ataque esperado. La pesca en superficie es así. O te enamora, o la dejas de lado. Como una amante. Tengo amigos que la probaron y se decepcionaron, y otros que tuvieron fortuna y guardan un gran recuerdo de los paseantes. Lo mío es un caso aparte, los médicos aún desconocen el diagnóstico de la enfermedad que padezco.

Lubina capturada a spinning de superficie, con un paseante de gran tamaño destinado a anjovas.
Tras casi dos lustros pescando casi exclusivamente con paseantes y otros trastos top-water, no concibo una pesca más emocionante y estética que el spinning de superficie. Sólo la veo superada por el fly fishing, que apenas he probado pero sin embargo lo considero el súmmum de la finura y la plasticidad. Pero ciñiéndonos al spinning, la imagen de un pez persiguiendo y atacando un señuelo en superficie no tiene comparación. Da igual el tamaño del pez. No hace falta que te entre un gran bicho para que la pesca en superficie te seduzca. Incluso, a mi personalmente me impresiona y me emociona más cuando un pez relativamente pequeño entra a un gran stickbait. No dejan de ser animales salvajes que no dudan en atacar "peces" de su tamaño con tal de defender su integridad. Me fascina.

Total polivalencia...casi

Vamos a ver, no nos tomemos este enunciado como una máxima, es necesario matizar. Me refiero que los paseantes funcionan en todos los contextos estándar, pero no se puede afirmar que son polivalentes al cien por cien porqué su uso con agua muy movida y oleaje es más recomendado para otras especies que no se fijan tanto en el movimiento y sí en la velocidad del señuelo. Para la lubina prefiero usarlos en aguas calmas, o a lo sumo con poco oleaje, para que no pierdan la acción que les pretendo imprimir. Por tanto, volviendo a su polivalencia, se puede decir que ésta es total siempre y cuando sean utilizados con aguas calmas. A ver, eso no quiere decir que un día de levante no te vaya a entrar un buen llop a un paseante en pleno espumero, me ha sucedido, pero cuando mejores resultados he tenido ha sido con la mar como un plato o, a lo sumo, levemente rizada. Sin ir más lejos, mi actual récord personal de lubina lo capturé con paseante en aguas limpias y tranquilas, y además en plena canícula.

Con especies como la lubina considero indispensable la suelta.
Aunque los vinilos son inigualables en movimiento y naturalidad, los paseantes se alzan como mis señuelos preferidos para pescar lubinas. Se han ganado con creces mi confianza, en playas de arena y mixtas, en zonas rocosas, tanto naturales como artificiales, en puertos y en aguas salobres, de día, de noche, con luz artificial y en oscuridad total...¿Me olvido algúna situación más en la que se pueden pescar lubinas? Sí claro, con aguas muy bravas o en invierno cuando busca profundidad. Pero si reina la calma, y es necesario batir agua para rastrear, los paseantes tienen su sitio asegurado. No obstante, incluso en pleno invierno alguna lubina se ha atrevido a atacar en superficie...¿Qué más le podemos pedir a un palo con anzuelos que nada en zig-zag?

2 comentarios:

XP dijo...

Hola Cristian,
"Curiosa" adicción esta que sufres, ja, ja, los médicos andan igual conmigo.
Contadas son las veces que he practicado esta modalidad, tengo otra adicción mayor llamada surfcasting, pero tuve uno de esos subidones a pez visto contigo y sin duda, es una experiencia inolvidable. Engañar a una lubi y hacerla que emboque el señuelo tiene que ser lo máximo.
Buena entrada.
Saludos
Alex

Cristian Rodríguez dijo...

Sí Alex....es mi vicio, como el tuyo los lances tras las olas, no tenemos remedio! Me alegro que guardes ese buen recuerdo de los paseantes, cuando quieras ya repetiremos, y la señora lubina, si se está en el lugar adecuado, puede entrar perfectamente! El día que te suceda, quedas enganchado del todo...

Un abrazo!