martes, 7 de septiembre de 2010

Bacoretas a spinning con paseantes

Bacoreta a spinning, capturada en superficie con paseante.
Pues eso, que la entrada va de "bacos". Resulta que fuimos invitados por el Club Nàutic de Coma-Ruga hace unas semanas para impartir un curso de spinning y jigging a los socios del Club y de paso pescar algo como invitados en una embarcación del club. El planning del día era el siguiente: por la mañana pesca, al mediodía paellada para los socios y, tras la comida, el curso de spinning. Las comodidades ofrecidas por Joan y la invitación de ir embarcados con él por la mañana hicieron de aquel día una jornada para recordar. Espero que aquellos abueletes y los niños recuerden algo del curso, atención prestaron, no les quepa duda. No sé si aburrí o si les sonó a chino, pero parece que les interesó el mundillo de los señuelos y eso de soltar peces. La tarde concluyó con unas demostraciones sobre el manejo de muestras en un espacio que el puerto nos cedió.


Como adelantaba lineas atrás, Joan nos invitó a pescar en su barco, con un único pez como objetivo en muestras mentes: la bacoreta. Tardaron rato en subir a comer, pero cuando lo hicieron y pudimos colocar los señuelos en la mola, sucedió lo que tenía que suceder. El pez en cuestión entró a superficie, y el culpable de su ataque explosivo fué un stickbait. Jose clavó otra al mismo tiempo, pero a los pocos segundos le reventó el bajo a pocos centímetros del señuelo (suponemos que por roce con los dientes). Una lástima no haber consumado un doblete de ese calibre. A Raul, el de los motes, le tocó mirar y ayudar, mientras, Joan patroneaba para mantener la bacoreta fuera de la sombra del casco. Se trata de peces muy potentes y veloces, peso por peso no llegan al extremo de sus primos los rojos, pero su pesca contiene los mismos ingredientes aunque más suaves. Les recomiendo pescar esta especie, y si van ligeros de equipo, que no de ropa, se acabarán quitando el sombrero con este potente adversario que es el Euthynnus alletteratus...!Hasta la próxima!


viernes, 30 de julio de 2010

Spinning en Andorra, truchas y salvelinos

La semana pasada pasé unos días en el Principado, donde me reuní con mi gran amigo Raul, donde recibí un trato increíble, con una gran persona encargada de hacerme de guía en pesca y excursiones. Un gran anfitrión, de esos que te hace sentir como en casa (incluso mejor), tal y como ya han demostrado los amigos de la Redonda en mis visitas insulares. Sin embargo, en esta ocasión dejaría los equipos heavies de jigging para dedicarme al spinning más ultra-light.


Pescando en un palmo de agua.

La primera salida la dedicamos a remontar un río de alta montaña, situado en un profundo cañon, que impedía caminar por las orillas, ya que éstas no existían. De modo que el wadder era indispensable. La técnica consistía en colocar la cucharilla en las pequeñas pozas que se formaban en cada remonte, al amparo de la espuma, como si de lubinas se tratase. Estamos hablando de mini-pozas, de no más de uno o dos metros de profundidad, y de lances muy precisos debido a la espesa vegetación ribereña que imposibilitaba movimientos amplios.


Les puedo asegurar que el ataque de una trucha del país a medio metro de ti, y en treinta o veinte centímetros de agua, es una gran sensación. El equipo en cuestión estaba formado por una caña Kali Ergospin con cw de 2 a 8 gramos y 1'5 metros de longitud, conjuntada con un pequeñísimo Okuma en formato 500 repleto de monofilamento del 0'14, de poco más de 2 kgs de resistencia. Imaginen las sensaciones que se experimentan con este tipo de tackle tan liviano: ¡¡las truchas de medio kilo parecen pesar el triple!!



2500 metros sobre el nivel del mar.

El segundo escenario que visité no era del agrado de mi guía particular, puesto que Raul prefiere pescar en ríos salvajes y apartados, y detesta la masificación de los lagos, donde la mayoría de pescadores locales se llevan todas las truchas y salvelinos, capturados con gusano, para mas inri. Eso sí, el entorno posee una belleza incomparable, propia de todo paisaje de alta montaña.



En esta ocasión utilizamos los clásicos Countdown de Rapala y un pequeño minnow de Hart, que nos brindaron varias capturas. Se trataba de truchas y salvelinos, o salmons de font, parientes del salmón que atacan desde abajo con increíble furia y que dejan a uno maravillado con su preciosa librea. Las impresiones que me llevé tanto en los lagos como en el río fueron muy positivas, no duden que repetiré. Nunca olvidaré mi primera experiencia con las truchas y los salvelinos. Quiero agradecer de nuevo al grande de Raul todas sus indicaciones fruto de sus amplios conocimientos sobre la pesca en alta montaña, ya que sin él, ni lo hubiera pasado tan bien, ni hubiera disfrutado de esos rincones tan salvajes y agrestes. Gràcies amic meu, ets molt gran..."zeta-clan minor" forever!!!!



lunes, 7 de junio de 2010

Atunes: spinning topwater extremo

Atún capturado a spinning en superficie, con paseante.
Otro año más, los atunes nos deleitaron con sus espectaculares combates, cargados al máximo de adrenalina, potencia y fuerza desbocada, que convierten al atún en el pez deportivo por excelencia, la prueba de fuego para cualquier spinner amante de las sensaciones fuertes. Su paso anual se está convirtiendo en la gran cita esperada, y ya casi podemos hablar del atún rojo como uno de los peces referentes de nuestra realidad pesquera.

Para pescar atunes a spinning es recomendable un equipo específico de popping adaptado a estos peces.
En los últimos años, cada primavera se acercan a la costa para alimentarse de las grandes masas de medusas, krill y cupleidos. El presente 2010 no iba a ser menos y allí estuvimos, de nuevo, para disfrutar al máximo de su pesca, que despierta en nosotros gran pasión, admiración y respeto. Sin lugar a dudas, se trata de la mejor oportunidad que tenemos para disfrutar de la pesca extrema, sin necesidad de coger un avión y viajar al Trópico.


Atunes en superficie, ¡cómo no!

Todos los atunes fueron capturados como marcan los cánones y como más nos gusta: a spinning con señuelos de superficie. De los ataques, qué decir, fueron sencillamente espectaculares. Explosiones de unos dos metros de diámetro, con salpicaduras que se elevan otro tanto, como si un sofá acabase de caer al agua procedente del cielo. La palabra para describirlo es: brutal. Las carreras de estos peces son increíbles, no hay pez que ponga los equipos en tal tesitura límite de principio a fin del combate.

Atún rojo a spinning en superficie.
Ir tras ellos y conseguir lanzarles ha sido nuestro gran handicap, puesto que la mayoría de molas eran pequeñas y asustadizas, con apenas una decena de ejemplares. Sin embargo, se trataba de peces de cierta entidad. La poca cantidad de picadas, resultó compensada por el tamaño de las capturas. Está claro que a más peces en una pajarera, más probabilidades tenemos de clavar uno, mientras que en una mola de tres o cuatro atunes es realmente difícil lograrlo. No olvidemos que estamos hablando de un pez con una desarrollada visión, que en días de agua calmada y limpia como los que hemos salido, nos lo ha puesto aún más difícil. Es por todos sabido que con mar movida los atunes comen de maravilla.

Atún en superficie a paseante.
Cada una de estas capturas tiene detrás horas de persecución y muchos lances sin una mísera picada, tal era la dificultad de seguirlos, acercarse y lanzarles dos o tres veces en condiciones. No daban tiempo para más, se hundían y reaparecían bien lejos, y al cabo de un buen rato. El único día que las molas eran algo más grandes fué el primero que los vimos, que precisamente fué el mejor en capturas. Y por supuesto, hubo días de no tener ninguna picada.

Los atunes ponen los equipos de spinning a prueba.
Ahora ya están lejos, en su hábitat natural, el azul profundo de la zona pelágica. Si queremos pescar alguno sin esperar al siguiente año, habrá que plantearse hacer salidas a 15, 20 o 30 millas, con el gasto de combustible que ello conlleva... Habrá que plantearselo. Si no, siempre nos quedará la primavera del 2011, ahí estaremos de nuevo esperándolos.

Bonito atún primaveral capturado a spinning.

miércoles, 28 de abril de 2010

Gran Canaria 2010, en contra del alisio


Desde que pisé Granca, me dije a mi mismo que era un lugar al que volvería más veces. Esta vez, fui acompañado de mi amigo Cisco, con quien he disfrutado al máximo durante los pocos ratos que la climatología nos ha permitido pescar. El fuerte alisio tan sólo nos dejó una tarde y una jornada entera para embarcarnos con nuestro buen amigo Ángel. Las otras tres salidas fueron dedicadas al spinning costero, en un entorno totalmente distinto al que presenta la artificial costa de Barcelona. Roca viva, desniveles y accidentes costeros irregulares hacen de esta isla un paraje sin igual para el lance ligero y la fotografía. Lástima que las nasas sigan ejerciendo una fuerte presión sobre las especies locales. Sin tal presión, la productividad de estas aguas sería muy superior.

Jigging interruptus

El principal objetivo de nuestra visita era dedicar las salidas a jigging, pero el alisio sólo nos dió permiso para jiguear durante medio día. A primera hora, apenas había deriva. Cisco capturó un loquillo y una bicuda que se soltó justo antes de embarcarla pero no se quedaría ahí, ya que más tarde tuvo dos trancazos que olían a espárido local. Al mediodía el viento que se levantó fué excesivo, aún con Ángel luchando al timón para mantener nuestras lineas con la mayor verticalidad posible, por lo que decidimos cambiar el jigging por el spinning. El alisio nos cambió la perspectiva del viaje, no nos quedó más remedio que resignarnos y dar por hecho que el viento no nos permitiría jiguear ni un día más. Jigging interruptus.


El spinning insular, nuestro mejor aliado

Ante la cruda realidad, no nos quedaba otra que optar por el spinning, que fué la mejor alternativa al mal tiempo. Dedicamos dos tardes al spinning embarcado, con gran actividad y múltiples ataques a nuestros señuelos de superficie. Entre las especies que encontramos en el pesquero había pejerreyes, sierras y bicudas, las tres especies típicas del spinning insular. Perdimos varios peces, entre los que destacó una bicuda bien maja que se me soltó en la misma popa. El número de capturas podría haber sido mayor, sin embargo disfrutamos como niños con la acción top-water y con una escena dantesca protagonizada por dos actores nativos...Presenciamos cómo dos guanches se estamparon con su diminuta néumática contra las rocas para buscar lapas, pescar al coup o Dios sabe qué. No logramos descifrar el enigma, pero nos quedó constancia que aquellos dos tipos se estaban jugando el tipo arriesgadamente con unas intenciones poco sólidas. Sin duda fue un espectáculo inaudito, fauna local en acción.

Anjova o pejerrey canario, capturada a spinning en superficie con un clásico, el Patchinko 140.

Agradecimientos

Quisiera hacer una mención especial a Ángel Hérnandez, patrón y guía a la carta, siempre atento a sus huéspedes, y dispuesto a acompañarlos en cada salida. Su experiencia y su empeño fueron la clave, en todo momento estuvo allí para animarnos. Tanto en el jigging como en el spinning, un buen patrón es determinante, y él es un patrón que antepone la amistad a la pesca, de ahí su éxito y el de sus invitados. Gracias amigo.

Me supo mal no coincidir con Rafa, Jose y Aitor. Menos mal que Angelote, el famoso man in black, apareció in extremis en "la última cena", condimentada con risas, anécdotas y degustación inclusive de papas con mojo y sierra. Una vez más, me llevo buen sabor de boca, y les prometo que volveremos. Un abrazo a todos.

jueves, 25 de febrero de 2010

Jigging y captura & suelta, también compatibles

Normalmente, la captura y suelta está más vinculada al spinning dada su horizontalidad, que incide más sobre especies nadadoras que baten la columna de agua. Sin embargo con el jigging no sólo solemos capturar estos moradores de la media agua, lo más habitual es desarrollar la acción de pesca en las proximidades del fondo en busca de especies bentónicas. Estas especies sufren cambios de presión considerables que afectan visiblemente a su vegija natatoria, que se expande emergiendo en muchos casos por la boca del pez.


Si tiramos ese pez al agua, flotará, aunque seguirá vivo, pero le resultará imposible nadar hacia el lecho marino dada la expansión de su vejiga. En el mercado podemos encontrar kits de jeringas para extraer el aire de la vejiga, pero recientes estudios desarrollados en Australia han demostrado que la mayoría de peces devueltos mediante este método, en un gran porcentaje acababan muriendo por infecciones. Los estudios se centraron en especies como el snapper y el barramundi, el segundo, típicamente austral.


Hace unos meses, uno de mis referentes, mentor en la filosofía de la suelta, me informó acerca de estos interesantes estudios. Por lo visto los aussies no se quedarón ahí, e indagaron hasta dar con un método para retornar bentónicos sin tener que pincharles la vejiga. El invento original viene a ser algo similar a la imagen que les muestro, si bien, el de la foto en cuestión lo preparó Oriol Ribalta con los recursos de que dispuso, emulando la semejanza con el artilugio aussie. Quién sinó él iba a adelantarse al resto para mostrarme algo innovador. Sin duda, se trata de una de esas personas que, cada vez que ves, te acaba enseñando algo nuevo, siempre comprometido con su (y nuestra) causa, que no es otra que seguir pescando por muchos años.


El invento consta de un plomo de peso variable, cuya función es servir de lastre para que el pez descienda. El otro elemento básico es una pieza metálica con una de sus terminaciones afilada a modo de punzón con forma de U, sujeta al plomo, y su función es servir de agarre para arrrastar el pez hacia el fondo. Dispone de un pequeño aro donde ataremos un sedal grueso unido a caña y carrete robustos.

La siguiente viñeta no es más que un sencillo esquema, que muestra el paso a paso del método mediante enumeraciones. Del paso 1 al 3 vemos la expansión de la vejiga a medida que el pez asciende a superficie. En el paso 4, vemos la aplicación del punzón, insertándolo en la mandíbula inferior con cuidado de no lastimar la vejiga que sobresale de la boca; abrimos el pick-up y dejamos descender. A medida que el lastre desciende, pasos 5 y 6, el pez es arrastrado hacia el fondo y la vejiga recupera progresivamente su tamaño original. En el paso 7 la vejiga vuelve a estar como antes, el plomo toca fondo, y tan sólo nos queda recoger el sedal para que el punzón se desclave del pez. Al carecer de muerte y gracias a su forma recta, al ascender no encuentra oposición con la carne y se libera fácilmente.


En los mencionados estudios se constató que el porcentaje de peces que sobrevivían mediante el nuevo invento era mucho mayor que los recuperados mediante las jeringas. Esto no deja de ser un proyecto llevado a cabo en el lado opuesto del planeta, aun así, tenemos la intención de probarlo con especies bentónicas locales, ya que hasta ahora, en algunas ocasiones teníamos que sacrificarlas por culpa de la descompresión. Los resultados que saque, tal vez den vida a una nueva entrada. Aunque, de momento, la experimentación tendrá que esperar, ya que mañana mismo parto hacia la Francia Central durante una semana. Desde aquí mando un saludo a los que gustosamente siguen este blog.