viernes, 15 de diciembre de 2017

Sargos a rockfishing

Sargo común, Diplodus sargus, capturado a rockfishing con vinilo.
Tras dedicar la temporada anterior principalmente al spinning medio-heavy y especies mayores, durante la temporada 2017 hemos vuelto a practicar lrf, rockfishing ultra light, dedicando bastantes jornadas a esta modalidad. El principal objetivo han sido los sargos a rockfishing, habiendo capturado varias de las especies habituales: sargo común, mojarra y raspallón. Aunque también hemos capturado otros espáridos como es el caso de doradas y herreras, además de otras especies bentónicas típicas del rockfishing en el Mediterráneo, como lábridos, góbidos y serránidos, así como pequeños carángidos.

Tonina y su primera mojarra, Diplodus vulgaris, a rockfishing.
Para este propósito hemos empleado los vinilos con dos tipos de montaje: Texas rig y jig-head. En ambos montajes no hemos excedido de 1.5 gramos de lastre, empleando bajos de fluorocarbono del 0'20. Con aguas claras, y en especial, en lugares donde reciben fuerte presión pesquera, los sargos lo ponen difícil y es necesario pescarlos con poco peso así como reducir el diámetro de los bajos de línea. De noche pierden parte de su desconfianza, tal como sucede con otros peces, pero los de mayor tamaño mantienen la alerta a pesar de la nocturnidad. Con los sargos de tamaño estándar ya cambia la cosa y se dejan engañar más fácilmente, siendo normal que entre sargo y sargo se capturen raspallones, mojarras, o las ya mencionadas doradas y herreras, tal como nos ha sucedido durante estas jornadas nocturnas.

Raspallón, Diplodus annularis, capturado a rockfishing.
La mayoría de las jornadas de pesca dedicadas al rockfishing las hemos llevado a cabo de noche, cuando la tranquilidad reinaba. Sin embargo, este verano, en más de un día de playa me he llevado el equipo y un puñado de vinilos, capturando algún que otro pez. Entre baño y baño nunca están de más unos lances y en plena canícula, con las costas mallorquinas repletas de bañistas y embarcaciones, la pesca más light suele ser una opción más que acertada. A pesar de obtener mejores resultados a rockfishing, este año los sargos y otros espáridos también se han dejado querer con técnicas propias del spinning ortodoxo y convencional, pero de ello hablaremos en otra entrada dedicada específicamente a los sargos a spinning, de mientras, disfruten esta entrada y sus fotografías.

Sargo capturado a rockfishing desde una playa, en horario diurno.
Otro sargo a rockfishing, esta vez capturado desde un espigón.

viernes, 24 de noviembre de 2017

Maldivas a popping, primer contacto


Tal como prometí en la anterior entrada del blog, este nuevo post trata de nuestras vacaciones allá en el lejano Índico, a finales del pasado 2016, más en concreto, en uno de los destinos más bellos y genuinos del globo, el archipiélago de las Maldivas, al sur de la India. Qué mejor escenario para una luna de miel de dos enamorados del mar, que son mi mujer y el que narra. Un destino magnífico donde desconectar y disfrutar de un entorno tropical, de la gastronomía local y sobretodo, de la exuberante fauna marina( y terrestre, a pesar del pequeño tamaño de estos islotes). Es por todos sabido que a este destino anualmente acuden buen número de submarinistas para seguir la danza de las rayas manta o de los tiburones ballena mientras se deleitan con una de las mayores concentraciones de biodiversidad del océano. Asimismo, se trata de uno de los destinos de pesca tropical más caros y exclusivos del planeta, donde conviven en torno al millar de especies distintas de ictios. Sin embargo, en nuestro caso nos alejamos de los circuitos turísticos y optamos por alojarnos en una isla del sur, en un pequeño hotel local. Sólo aclarar que durante esas dos semanas fuimos 2 de los únicos 5 o 6 turistas que había en aquella pequeña isla. Nada que ver con los resorts y lodges de otras islas, donde no es raro coincidir con 20 europeos, 30 americanos y otros tantos huéspedes de origen diverso. La tranquilidad que aporta una pequeña isla local permite realmente desconectar de lo mundano.


Como uno se puede imaginar, en tal contexto, la fauna marina, y en concreto los peces, abundan sobremanera. La isla era tan pequeña que bordeando su orilla la rodeábamos en menos de veinte minutos, a paso tranquilo, deleitándonos con tortugas, rayas, escualos de puntas negras y trevallies variados, amén de múltiples especies de arrecife. Sí, todo eso se podía ver en la misma orilla de la isla mientras dabas un paseo. A pesar de no haber contratado ningún chárter ni ningún guía, me llevé un par de equipos, uno de popping y otro de spinning convencional. El primer equipo es el que utilizo en el Mediterráneo desde hace años para los atunes, totalmente sobrado para estos peces hasta pesos en torno los 50 kilos, concretamente una Shimano kaibutsu light pleasure hasta 120 gramos de lance, emparejada con el clásico Stella FA 10000, el modelo antiguo. El segundo equipo, el de spinning, era el mismo que utilizo para pescar desde costas rocosas en Mallorca, adecuado para palometones, serviolas y dentones. En cuanto a señuelos, me llevé tan sólo 12 artificiales: 6 para popping( 2 poppers, 3 stickbaits y un pencil-popper), 2 jigs medio-pesados para probar algo de jigging, y otros 4 para spinning( 2 vinilos y 2 paseantes). Lo primero que diría cualquiera es: ¿Sólo te llevaste eso al trópico? Y la respuesta es sencilla. A punto de acabar el año, vimos un vuelo muy barato a Maldivas que nos resultó irresistible y tan sólo me dio tiempo a comprar lo justo: anillas, triples, 4 señuelos de superficie baratos...Obviamente opté por llevarme lo que tenía en lugar de dejar las cañas en casa y preferí comprobar in situ si eso bastaría con los peces tropicales a quedarme con la duda. El caso es que ese material que era sobrado en el Mediterráneo, resultó insuficiente con los mayores ejemplares de Maldivas, pero tal fue la cantidad y variedad de capturas que no me arrepiento. Al contrario, visto lo visto, no llevarse nada de material hubiera sido un craso error. O, ¿acaso seríais capaces de estar dos semanas rodeados de tiburones, gt's y meros de colorines sin poder echar ni un solo lance? quien diga que sí debe ser masoquista.


El caso es que allí estábamos, en un atolón alejado de la capital, Malé, apartado de los circuitos turísticos, con muchos peces y, por suerte, con un par de equipos que no tardé en cerciorarme que serían insuficientes para el porte de los peces de esas aguas. Todos los peces más grandes que pegué, rompieron como si nada trenzados de 65 lb, bajos de 80 lb e incluso cordaje de assists de varios milímetros de grosor. Un equipo y sedal que hasta la hora habían sido inexpugnables pescando atunes, se quedaban a la altura de la mantequilla con los peces de Maldivas. Bastaron 7 petadas de estas( 2 desde el arrecife con el agua por la cintura y otras 5 embarcado) para reducir alarmantemente mi stock de señuelos y me vi obligado literalmente a pescar los tres últimos días con un solo señuelo y un solo jig que conseguí de rebote en un pequeño colmado de la isla vecina. No obstante, con algo de pericia, pude poner en seco gran variedad de especies y algunos peces más que decentes, con el miedo de quedarme sin señuelos ni donde comprarlos, tal era el aislamiento en aquel atolón del sur. La pequeña barca local con la que suelen hacer excursiones de snorkel, y donde veían por primera vez hilo trenzado y popper, bastó para cubrir nuestras ganas de pescar embarcados. Tras llegar a un trato con los locales, arreglamos varias salidas con esa barca, combinando las horas con el matrimonio ruso y su hija, que estaban esos días en la isla. Si los rusos salían por la mañana, nosotros tomábamos el relevo y salíamos por la tarde y viceversa, si ellos salían por la tarde nosotros lo hacíamos por la mañana, nunca excediendo las 3 horas de pesca. En 5 jornadas de tan sólo 2-3 horas cada una, pudimos poner en seco hasta 17 especies distintas, entre las que destacaron peces que me hacía ilusión capturar algún día en superficie: GT, meros tropicales, red snapper, tiburones grises (sí, tiburones a topwater, de lo mejor que he vivido) y otros clásicos del popping y el jigging tropical. 


¿Se imaginan esos 5 días, saliendo todo el día a la mar, con equipos a la altura de los GT, dientes de perro y meros de mayor tamaño, y provistos de un buen repertorio de señuelos? Es algo que descubriremos en nuestra próxima expedición a Maldivas en febrero del venidero 2018. En esta ocasión, no viajaré con mi mujer, será un viaje exclusivamente de pesca, con cañas de mayor libraje, líneas de 130 lb, bajos de 200 lb, assists de metal "anti-dogtooth", y un arsenal considerable de jigs, vinilos y señuelos de superficie. Si quieren apuntarse y vivir una aventura tropical en un destino del Índico, a través de nuestra página de facebook y nuestro sitio web pueden contactar con nosotros e informarse al respecto. De momento, les dejo esta entrada introductoria de lo que es la pesca con artificial en Maldivas, un pequeño extracto de unas vacaciones que para mi fueron irrepetibles. ¡Hasta la próxima!

sábado, 28 de octubre de 2017

Madeira a light spinning "low cost"


Ya ha pasado más de un año de nuestro viaje a Madeira y me gustaría hacer un pequeño report en lo que a pesca se refiere. El viaje no fue exclusivamente de pesca pero como soy un adicto a la droga del spinning no pude evitar meter en la maleta mi rarenium 2500, una bobina de fluorocarbono para bajos de línea, así como un pequeño repertorio de vinilos con sus respectivas cabezas plomadas. La caña la compré en la misma Madeira una vez estábamos allí. Se trataba de una pequeña y barata caña telescópica que me costó poco más de 12 € y, la verdad, con eso bastó para echar cuatro lances en las inmediaciones de un pequeño espigón y pescar unas truchas arcoiris en una segunda jornada.


Empezaré hablando de la jornada en agua salada. Ya llevábamos una semana pateando por toda la isla, visitando bosques de laurisilva y acantilados, "levadas" con vistas a cascadas impresionantes, degustando la gastronomía local y conociendo de cerca los pueblos diseminados en laderas. Así que decidimos dejar de lado la montaña y llegado el día, bordeamos toda la isla con el coche, parando en cada pueblo costero hasta llegar a la zona norte de la isla. Y fue allí, por consejo de Celso Rodrigues, un amigo madeirense, donde me dispuse a probar la caña nueva. En poco más de media hora ya había puesto en seco varios peces que no había pescado anteriormente, a excepción de los lagartos, engrosando mi "álbum de cromos" con especies nuevas.


Entre estas especies me hizo especial ilusión la negrita o almaco jack, Seriola rivoliana, que me sorprendió por su potencia aunque seguramente la vara de juguete que estaba empleando tuvo parte de culpa y acentuó las cualidades del pez para mi disfrute. Tras la negrita, otros de los peces que añadí a mi lista personal fueron el blue runner, Caranx crysos, y la escórpora madeirense, Scorpaena maderensis. Los señuelos que usé fueron los Sandeel slug de 10 cm y los pequeños Ripple shad. Pasé un rato entretenido, me llevé estas pequeñas sorpresas y proseguimos nuestra ruta.



Al día siguiente dedicaríamos la jornada de pesca en aguas continentales ya que la trucha arcoiris fue introducida con éxito en la isla y Tonina no las había pescado nunca, así que íbamos a intentar que se estrenase con ellas. Dicho y hecho, la jornada en agua dulce fue muy productiva y capturamos varios ejemplares de trucha arcoiris, algunos de ellos de bonito tamaño y doblemente disfrutados con la caña "low cost", tanto por Tonina como por mi. Una vez más, la improvisación y el entusiasmo por la pesca, unidos con un equipo básico pero funcional, fueron los ingredientes para llevarnos un bonito recuerdo de vuelta a casa. Ese no sería el único viaje que haríamos, pocos meses después partiríamos hacia Maldivas de luna de miel y cómo no, tampoco evité llevarme un par de equipos y unos señuelos, pero de eso hablaré en la siguiente entrada.




viernes, 6 de octubre de 2017

Serviolas a spinning desde costa

Serviola, Seriola dumerili, capturada desde costa en Mallorca.
La serviola, Seriola dumerili, se trata de uno de los depredadores litorales más esquivos y a la vez más combatientes. Alcanza dimensiones muy superiores a su pariente el palometón, y ambos son los más emblemáticos representantes Carangidae en nuestras aguas mediterráneas. Así como la pesca del palometón con señuelo se vincula más al spinning convencional, e inevitablemente al spinning topwater, la serviola, pez más amante de mayores profundidades, suele vincularse más al jigging en todas sus vertientes(desde costa y desde embarcación) o bien al spinning profundo con vinilos, bucktails, etc... Sin embargo, se suele dejar de lado el spinning ortodoxo con hardbaits, ya sean éstos señuelos puramente de superficie o bien peces nadadores que cubren la primera capa de agua bajo la superficie. El caso es que en algunos lugares, por orografía, se hace factible este propósito, no exento de dificultad, tanto en el cometido como en la lucha en sí, llegado el momento de toparnos con una de ellas. 

La pesca de serviolas a spinning es sumamente excitante pero entraña sus dificultades.
Así pues, en los últimos años he tenido varios encuentros con ellas, algunos infructuosos con sabor amargo y otros victoriosos para guardar en el recuerdo. En especial destacaría la captura de dos ejemplares que me entraron en poca agua, sobre un fondo totalmente accidentado y rocoso, y además, con la incomodidad de pescar desde cierta altura. El primer ejemplar me pilló en solitario y fue toda una aventura ponerlo en seco desde un acantilado donde me encontraba a unos 5 metros sobre el nivel del mar, con el agravante que se enrocó a mitad del combate y tuve que descender como pude para sacar al pez del agujero donde se había metido. Tras esta delicada operación, tuve que izar literalmente el pez agarrando el trenzado con las manos y confiar en qué aguantase, y tuve esa suerte. Más suerte fue tener todo esto grabado con la gopro, desde antes que mordiese el pez, hasta ponerlo en tierra firme, y obviamente, el momento de su suelta. Se trata del segundo ejemplar que aparece en el post, que engulló totalmente el Buginu color sardina. Aquella tarde gloriosa, no sólo salió esta bonita serviola, más tarde tacharía de la lista el agujón, Tylosurus acus, que aún se me resistía tras sendos infortunios.

Bonito ejemplar de serviola capturado a spinning desde costa.
El otro ejemplar del que también conservo gran recuerdo fue aún mayor y, como el anterior, entró al Buginu en poca agua, sobre un fondo repleto de arrecifes y desniveles. Tal como sucedió con la otra captura, la puse en seco en menos de un minuto, y de no haber sido así seguramente hubiesen acabado cortando ambos ejemplares, ya que el bajo vino las dos veces totalmente rozado, algo muy habitual con las serviolas. Esta vez, sin embargo, estaba acompañado de mi mujer y la puesta en seco del pez fue más sencilla ya que lo pudimos meter en el salabre. Tras menos de un minuto de tensión máxima mientras bombeaba sin darle tregua, la alegría invadió el roquedo cuando la vimos fuera del agua y nos apresuramos a fotografiar tal ejemplar para devolverlo lo antes posible. El material que usé para estos cometidos fue la ya retirada Daiwa Crosscast 20-80 que andaba usando desde el 2011, el Daiwa Ballistic 4000 con Power Pro del 0'19 y bajo Gorilla del 0'45, y como enganche del señuelo, grapas Jack. De momento, estas han sido las dos serviolas de mayor tamaño que he capturado a spinning y no me cabe duda que la pesca de serviolas desde costa es una de las experiencias más excitantes que he vivido desde que me instalé en Mallorca. Lástima que sea una especie tan mal cuidada por la Conselleria, ya que sus vedas y tallas mínimas son ridículas, y esta circunstancia favorece anualmente la pesca irresponsable de esta magnífica y a la vez maltratada especie. Tan sólo basta con hablar con los pescadores locales ancianos para darse cuenta del exagerado retroceso que este pez ha sufrido en Mallorca durante las últimas décadas. Lo que podrían ser capturas comunes, hoy en día son logros contados tras muchos ceros. Así de triste, pero cierta, es la realidad.

lunes, 10 de abril de 2017

Spinning con minnows desde costa: volviendo a mis orígenes.

Lubina invernal a minnow.
Tal como venía adelantando en las recientes entradas, el año 2016 trajo consigo mi particular re-enganche al spinning con minnows. Tras vivir muchas jornadas en la isla con viento y mar excesivos para desarrollar correctamente el spinning topwater ortodoxo, uno se da cuenta que los minnows pueden darnos más de una alegría cuando la cosa anda más movida. En Barcelona restringíamos su uso al invierno y la lubina, cuando condiciones climáticas, similares a las de la isla durante esta fase del año, obligaban a abandonar los señuelos de superficie. Sin embargo y por contra, en Baleares en general abunda mucho más el espetón que la lubina y a lo largo de cada temporada uno también se cerciora que usando minnows te vas a hinchar a espetones, así de sencillo. Este paradigma me hizo alejarme del uso de estos señuelos pero hace algo más de un año empezó un nuevo idilio con ellos. A lo largo de la pasada temporada, los minnows han seducido a la mayoría de especies costeras que el pescador de spinning puede optar en nuestro archipiélago: lubina, dentón, palometón, serviola y agujón, sin olvidar los omnipresentes espetones.

Mi primer palometón decente a minnow. Mi fijación de buscarlos siempre con señuelos de superficie ha evitado esta fotografía durante años. Sin embargo, me hace una ilusión especial haberlo capturado de otra forma.
Entre estas capturas me hicieron particular ilusión el palometón y el agujón. El primero, es un pez que curiosamente había pescado en superficie casi el 90 por ciento de veces, y precisamente me hacía gracia capturar uno decente con minnow, y encima sucedió desde costa en un acantilado, experiencia que me hizo saborear de otra forma la captura, conseguida en un escenario diferente y con una técnica diferente. El otro pez en cuestión, el agujón Tylosurus acus, era un pez que llevaba topándome desde hacía dos años, con numerosos peces desclavados a punto de ponerlos en seco. Cuando por fin pude agarrar uno en mis manos me supo a gloria y redondeó una jornada que jamás olvidaré y que relataré más adelante.

Agujón, Tylosurus acus imperialis, capturado a spinning con minnow.
De las otras capturas, qué decir, peces deportivos clásicos que alegran e ilusionan a cualquier mortal que haga spinning. La siempre bella y astuta lubina, el carismático y problemático dentón y la aguerrida señora serviola. Lo de este trío de titanes no sé cómo calificarlo. Tal vez sea la recompensa a años de pasión y dedicación a un modo de vida y una filosofía que en su día caló hondo en mi, el captura y suelta, que aún a día de hoy me lleva a meterme en el agua para oxigenar un pez incluso en pleno invierno. Doy gracias por todo lo vivido el pasado año...Y dejando de lado el melancolismo me despido hasta las siguientes entradas en las que seguiré hablando de mis experiencias más recientes con los minnows, así como de los viajes que hicimos a Madeira y Maldivas, ambos dejándonos un recuerdo inolvidable y muchas ganas de volver a esas maravillosas islas.

Serviola a spinning desde costa, otra gran captura en aguas de Mallorca.

jueves, 6 de abril de 2017

Dentones a spinning desde costa

Esta entrada está dedicada a un pez que despierta la admiración de cualquier amante del spinning: el dentón, Dentex dentex. Uno de los espáridos de mayor tamaño que habita en nuestras aguas y que suele capturarse a jigging desde embarcación. Sin embargo, en ocasiones se acercan a la costa y es posible su captura a spinning. Como todos sabéis, el spinning topwater es mi mayor entretenimiento y pasión, pero en mis tres temporadas como isleño he ido restringiendo esta técnica a épocas y escenarios cada vez más concretos, adaptándome a las "necesidades" de la isla. Los que me conocen bien saben de sobras que me gusta ir a la contra, obstinarme en conseguir capturas cómo yo quiero obtenerlas, sin importarme la moda o las tendencias de marcas y señuelos. No hay más, soy un cabezón. Cualquier sensato con dos dedos de frente pensaría que lo más lógico para pescar dentones desde costa es buscarlos con jigs o vinilos, cerca del fondo, tal como se hace en barco cuando de jigging se trata, es decir, a shore jigging. Sin embargo, tras unos meses empleando esta técnica, cambié de estrategia y me propuse capturar uno de estos colosos en superficie o, a malas, con minnow. Total, todo el mundo que pesca dentones a spinning lo suele hacer con jigs o vinilos, ¿porqué no intentarlo de una forma diferente, en la superficie o en sus cercanías, tal como a mi me gusta? Dicho y hecho, propósito fijado. Otros pescadores ya habían capturado dentones en superficie o con minnows, así que tenía las referencias que me animaban a lograr el reto y que testimoniaban la posibilidad de lograrlo. Pero, ¿quien dijo que sería sencillo?

Dentón, Dentex dentex, capturado con el Buginu 140. 
Los primeros encuentros que tuve con los dentones no culminaron como me hubiese gustado. El primero de ellos me atacó un skipbait, el Ketc de 60 grs. A pesar de no clavarse, ver cómo un dentón de los gordos ataca tu señuelo de superficie bajo tus pies no deja indiferente a nadie, y este hecho me motivó a seguir intentándolo. Pocos meses después, me toparía con el segundo dentón a spinning, esta vez bastante más pequeño, pero también pude ver la picada y el pez durante el corto combate ya que entró a un Mommotti a pocos metros de mi. Esperando que me ayudasen con el salabre debido a la altura del pesquero, el pez se desclavó y se fue hacia el fondo delante de mis narices. Mi turno tendría que esperar otros seis meses de mucha paciencia, insistencia y sobretodo, de mucha fe en lo que estaba haciendo. En esta franja de tiempo también había perdido aquel mero blanco a minnow del que os hablé en otra entrada, así que a pesar de la mala fortuna, era consciente que el reto personal se acabaría logrando tarde o temprano, y así fue.

Mi primer dentón a spinning desde costa en Mallorca.

Lo mejor de todo es que encima sucedió en compañía de mi mujer y pudimos disfrutar juntos del subidón de adrenalina de ese instante, que para nosotros dos fue muy memorable debido a la cantidad de jornadas que llevaba buscando ese pez. Esta captura no es sólo mía, es de los dos y, de hecho, cuando varé el pez sobre la laja cubierta de espuma, ella no dudó ni un segundo en adelantarse a mi y agarrar el ansiado trofeo por la cola, mojándose completamente de cintura para abajo debido al oleaje. En la primera foto de esta entrada podéis ver detrás mío esa misma laja, también cubierta de espuma. Para mayor satisfacción personal, nuestro primer dentón mallorquín desde costa fue capturado cómo pretendía: a spinning con minnow. Una vez más la pesca me demostraba que en esta vida todo es posible, incluso los retos más complejos. Todo reside en tener fe en lo que uno hace y no desistir nunca en los sueños que perseguimos. No importa nadar a contracorriente, lo importante es llegar hasta el final del trayecto sin desviarte de su senda...¡Hasta la próxima!

miércoles, 8 de marzo de 2017

Topwater spinning, temporada 2016


Siguiendo donde me quedé, empezaré por el resumen del reciente 2016 en lo que a pesca en superficie se refiere. Me resulta prácticamente imposible no dedicar gran parte de mis salidas anuales a esta pesca tan adictiva que es el spinning topwater desde costa y obviamente, 2016 no iba a ser diferente en este aspecto. Esta técnica volvió a dar buenos resultados, cosechando nuevamente varias capturas más que decentes, especialmente si hablamos de pesca desde orilla. Anjovas, palometones, espetones y llampugas han sido los principales protagonistas de otro año más de spinning topwater insular. 

Palometón capturado a spinning en superficie con un skipbait.
Entre los tipos de artificiales de superficie que hemos empleado han destacado skipbaits, paseantes y poppers. A excepción de los pencil-poppers (que este año ni yo se porqué razón no los he empleado) todos los tipos de señuelos de superficie han funcionado con las especies anteriormente mencionadas en diferentes situaciones y contextos. En el caso de las anjovas, todas entraron a paseante flotante, concretamente uno de mis preferidos en los últimos años, el ProQ 120, y no porqué lo diga yo, los resultados hablan por sí solos.

Anjova capturada a spinning con paseante.
Los paseantes son indispensables si pensamos en anjovas en superficie.
En el caso de los palometones, fueron los skipbait y en concreto el Miniketc, los señuelos que mejor funcionaron. Este modelo, sin duda, cada año me gusta más y bajo mi opinión personal se afianza como el mejor skipbait del mercado junto su hermano mayor el Ketc. Aún no he utilizado un skipbait que lance tanto, sea tan fácil de recuperar y que pesque como pesca este.  De la misma forma que sucedió con los palometones, las llampugas también han sentido predilección por los skipbaits y he podido añadir esta especie a la lista de peces capturados con el Miniketc. Sin ir más lejos, el año anterior, en 2015, incluso un dentón atacó el Ketc sin llegar a clavarse, lo que evidencia el alto potencial de este señuelo.

Llampuga en superficie con el skipbait Miniketc.

Otro palometón a spinning en superficie, también a skipbait.

Vayamos concluyendo con los espetones. A diferencia de años anteriores, que los capturábamos con paseantes, pencil-poppers y poppers, en 2016 sólo se mostraron efectivos los poppers, no me pregunten porqué. Y bien, en lo referente a spinning de superficie en 2016, poco más puedo añadir salvo que devolvimos al agua el 100% de nuestras capturas. A nivel de especies depredadoras tenemos ciertas limitaciones en la isla (siempre son las mismas), pero se puede decir que el año pasado nos permitió disfrutar de todas ellas a partes iguales. Eso sí, no todas fueron capturadas en superficie. 2016 también ha sido un año donde los minnows han recobrado importancia en mi caja de señuelos, pero de ello hablaré en las siguientes entradas. ¡Hasta la próxima!

"Barracuda" mediterránea capturada a popping. Pescar espetones de este tamaño a spinning en superficie es una pasada.

lunes, 6 de marzo de 2017

Pez golondrina a spinning

Pez golondrina, Dactylopterus volitans, capturado a spinning con vinilo.
Entre los bonitos recuerdos que dejó 2015, no puede faltar el testimonio de la captura a spinning de un precioso ejemplar de pez golondrina, Dactylopterus volitans. Dicha especie es una de las 7 representantes de la familia Dactylopteridae en el planeta. Era la primera vez que capturaba esta especie a spinning pero lo que más me sorprendió fue el tamaño de la bestia, ya que por lo que pudimos constatar en las fuentes bibliográficas se trataba de un ejemplar de los grandes en su especie. De igual forma, su impresionante librea estaba a la altura del tamaño del bicho y no nos dejó indiferentes.


Entró buscando sargos y lubinas con un Sandeel slug, intentó enrocarse (o enterrarse) y ejerció más fuerza de lo que esperaba en esta especie, mostrándome sus alas desplegadas en modo planeo cuando ya se dejó traer. Al ponerlo en seco, inmediatamente agarré la cámara para inmortalizar la captura, tomando las imágenes que comparto en esta entrada y que muestran parcialmente la belleza y singularidad de este pez tan raro. Nada comparable a verlo en vivo y en directo pero con las fotos os podéis hacer una idea de lo que os hablo. Tras la sesión fotográfica de rigor fue devuelto al agua y nos deleitó de nuevo con su vuelo mientras se alejaba hacia las profundidades.


Curiosamente, había tenido varios encuentros con el bizarro pez golondrina durante sesiones estivales de snorkel y siempre me había fascinando su parsimonia en la natación, planeando con las alas desplegadas sobre los fondos de arena blanca de la isla, exhibiendo una explosión de contrastes que maravillan y seducen la vista. Me hacía ilusión toparme algún día con uno al otro lado de mi línea, pero jamás esperaba que fuese un ejemplar con tal coloración y tamaño. Repasando fotos de otras capturas de pez golondrina comprobé que suelen tener un tono más rojizo, amarronado, y suelen verse en medidas inferiores. Nunca antes había visto uno de tales proporciones, con esta coloración tan clara y con el moteado azul tan escandaloso, otra sorpresa más "Made in Mallorca" para enmarcar... ¡Hasta la próxima!

viernes, 17 de febrero de 2017

Evaluación anual, 2015

Palometón, Lichia amia, capturado desde costa a spinning en superficie.
Hace tiempo que no publico nada de nuestras salidas particulares, así que vamos a ello. Empezaré haciendo un resumen sobre la técnica que más horas dedicamos durante la temporada "cálida" de 2015, es decir, el spinning de superficie. Echando una mirada a esa temporada, el spinning topwater nos dejó buenos recuerdos, jornadas con buenos peces, otras con peces pequeños, variedad de especies y cómo no, también bolos y peces desclavados que se quedaron sin foto, algunos realmente de mención.

Bacoreta en superficie a popper.

Anjova en superficie con paseante.

A diferencia de otras temporadas en las que utilizábamos señuelos de diferentes marcas para este cometido, desde 2014 hemos utilizado casi exclusivamente señuelos de Seaspin, salvo contadas excepciones en las que hemos utilizado algún señuelo de otra casa. Tras tres temporadas pescando con ellos puedo decir que no he notado diferencia respecto a hacerlo con señuelos de calidad "de toda la vida". Sinceramente, creo que hoy en día cualquier señuelo de superficie más o menos decente pesca, sea de la casa que sea, solo que a veces, en situaciones concretas, con peces resabiados o en lugares con una fuerte presión de pesca, un modelo u otro marca la diferencia y lo hace sobresalir de los demás. En esos casos hablamos de un señuelo "killer" o muy bueno, para que nos entendamos, y para ser sinceros, en mi caja de muestras hay varios modelos de Seaspin que han pasado a formar parte de ese exclusivo club de los señuelos "pata negra". 

Espetón con paseante, a spinning en superficie.
Entre estos modelos que han marcado diferencias, incluso usando al mismo tiempo señuelos clásicos, yo destacaría sin duda el Pro Q y el Mini-Ketc ( junto su homólogo de más peso, el Ketc). Un amante del spinning de superficie no puede dejar de probar al menos una vez estos artificiales. Tienen las cualidades básicas para que un señuelo de superficie "chute", son lanzadores, agarran agua, admiten varias acciones y lo más importante, pescan. Con estos señuelos hemos capturado desde costa algunas de las especies más codiciadas por el pescador de spinning: serviola, palometón, anjova, llampuga y espetón, además de otras sorpresas y especies con menos glamour. La conclusión está clara: las cualidades de un señuelo son las que lo hacen destacar de otros, no su nombre ni su marca. Por ese motivo me gusta pescar con señuelos que funcionen y punto, sin importarme su marca. Aunque en este caso me siento afortunado ya que se dan los dos factores: son señuelos pescadores y además de la marca que represento, más no se puede pedir...Hasta la próxima, retomando mi actividad en el blog, acabaremos de resumir las temporadas pasadas en las siguientes entradas.