jueves, 25 de febrero de 2010

Jigging y captura & suelta, también compatibles

Normalmente, la captura y suelta está más vinculada al spinning dada su horizontalidad, que incide más sobre especies nadadoras que baten la columna de agua. Sin embargo con el jigging no sólo solemos capturar estos moradores de la media agua, lo más habitual es desarrollar la acción de pesca en las proximidades del fondo en busca de especies bentónicas. Estas especies sufren cambios de presión considerables que afectan visiblemente a su vegija natatoria, que se expande emergiendo en muchos casos por la boca del pez.


Si tiramos ese pez al agua, flotará, aunque seguirá vivo, pero le resultará imposible nadar hacia el lecho marino dada la expansión de su vejiga. En el mercado podemos encontrar kits de jeringas para extraer el aire de la vejiga, pero recientes estudios desarrollados en Australia han demostrado que la mayoría de peces devueltos mediante este método, en un gran porcentaje acababan muriendo por infecciones. Los estudios se centraron en especies como el snapper y el barramundi, el segundo, típicamente austral.


Hace unos meses, uno de mis referentes, mentor en la filosofía de la suelta, me informó acerca de estos interesantes estudios. Por lo visto los aussies no se quedarón ahí, e indagaron hasta dar con un método para retornar bentónicos sin tener que pincharles la vejiga. El invento original viene a ser algo similar a la imagen que les muestro, si bien, el de la foto en cuestión lo preparó Oriol Ribalta con los recursos de que dispuso, emulando la semejanza con el artilugio aussie. Quién sinó él iba a adelantarse al resto para mostrarme algo innovador. Sin duda, se trata de una de esas personas que, cada vez que ves, te acaba enseñando algo nuevo, siempre comprometido con su (y nuestra) causa, que no es otra que seguir pescando por muchos años.


El invento consta de un plomo de peso variable, cuya función es servir de lastre para que el pez descienda. El otro elemento básico es una pieza metálica con una de sus terminaciones afilada a modo de punzón con forma de U, sujeta al plomo, y su función es servir de agarre para arrrastar el pez hacia el fondo. Dispone de un pequeño aro donde ataremos un sedal grueso unido a caña y carrete robustos.

La siguiente viñeta no es más que un sencillo esquema, que muestra el paso a paso del método mediante enumeraciones. Del paso 1 al 3 vemos la expansión de la vejiga a medida que el pez asciende a superficie. En el paso 4, vemos la aplicación del punzón, insertándolo en la mandíbula inferior con cuidado de no lastimar la vejiga que sobresale de la boca; abrimos el pick-up y dejamos descender. A medida que el lastre desciende, pasos 5 y 6, el pez es arrastrado hacia el fondo y la vejiga recupera progresivamente su tamaño original. En el paso 7 la vejiga vuelve a estar como antes, el plomo toca fondo, y tan sólo nos queda recoger el sedal para que el punzón se desclave del pez. Al carecer de muerte y gracias a su forma recta, al ascender no encuentra oposición con la carne y se libera fácilmente.


En los mencionados estudios se constató que el porcentaje de peces que sobrevivían mediante el nuevo invento era mucho mayor que los recuperados mediante las jeringas. Esto no deja de ser un proyecto llevado a cabo en el lado opuesto del planeta, aun así, tenemos la intención de probarlo con especies bentónicas locales, ya que hasta ahora, en algunas ocasiones teníamos que sacrificarlas por culpa de la descompresión. Los resultados que saque, tal vez den vida a una nueva entrada. Aunque, de momento, la experimentación tendrá que esperar, ya que mañana mismo parto hacia la Francia Central durante una semana. Desde aquí mando un saludo a los que gustosamente siguen este blog.