martes, 19 de febrero de 2013

Lubinas a paseante en oscuridad total.

Cuando muevo un paseante a oscuras, hay momentos que llego a dudar si lo estoy moviendo adecuadamente por eso de no verlo, por estar acostumbrado a usarlos durante el día o en lugares con iluminación artificial, a "señuelo visto". Probad a pescar con los ojos cerrados, o mejor dicho, cerrad los ojos e imaginad lo que sería pescar así. La sensación es similar. Si cerrásemos los ojos para pescar nos veríamos obligados a recurrir a nuestro instinto y agudizar el tacto (el contacto con la caña y el carrete) y el oído( localizar la situación del señuelo, dónde cae y por dónde viene). Algún crack seguramente también desarrollaría el olfato hasta dar con el rastro de las deseadas lobas, no lo duden...El hecho es que la vista lo es todo en esto de la pesca, y cuando las circunstancias nos menguan el sentido de la vista, instintivamente, el cerebro activa otros sentidos. Hé aquí la importancia de saber mover correctamente una muestra sin necesidad de contemplar sus evoluciones y su recorrido. Si reducimos nuestro dominio de los stickbaits a condiciones totalmente óptimas de visibilidad, inconscientemente se acostumbra al cerebro a mirar al señuelo mientras se recoge línea.

Precioso ejemplar de lubina capturado en superficie a spinning, con paseante, totalmente a oscuras.
A todo esto, recupero un tema que en su día se debatía en foros: ¿Es posible pescar lubinas en superficie en plena oscuridad, sin focos? Sí. Es posible, pero no fácil, salvo, repito, contadas ocasiones en las que la actividad de los peces es mayor de lo habitual. Si estamos en el lugar y momento adecuados y hacemos las cosas con conocimiento, incluso sin luz, la lubina sube a superficie a atacar. Desde que pesco en superficie, he capturado lubinas, anjovas y espetones en similares condiciones de nula iluminación pero, sinceramente, pescar a oscuras, a ciegas, no es mi vertiente favorita del spinning. Me gusta ver, además, uno de los motivos de pescar en superficie es disfrutar del ataque al señuelo, pero si se tiene fé en lo que se está haciendo, los resultados acaban llegando.

La pesca de lubinas a spinning en superficie también funciona de noche.
La lubina de la foto superior, entró en una playa sin ningún tipo de iluminación. Esa noche se veían lomos de lubina en superficie, a ras de orilla. El agua estaba totalmente plana. Comían lentamente, no eran ataques explosivos, seguramente estarían alimentándose de algo diminuto. Tras probar todo tipo de muestras realistas y diminutas, a los pocos lances con el patchinko pequeño e imprimiéndole una acción slidding muy lenta y espaciada, logré provocar el primer ataque, que fué fallido, pero tras un par de vueltas de manivela el pez repitió y se clavó en el segundo intento. Cabeceó en superficie, hizo una pequeña carrera y pegó dos saltos fuera del agua cual anjova, un hecho que me desconcertó por unos instantes. Hasta que no la varé en la orilla, no me di cuenta que era una lubina. La capturé casi sin ver las evoluciones del señuelo, notando el deslizamiento de éste sobre el agua a través del contacto con la caña. Dije que le imprimí una acción slidding, lo que no he dicho es que no pude comprobar visualmente con plena certeza si esa acción era la que describía el señuelo. El recuerdo de esa lubina playera, en aquella noche oscura y sin viento, es imborrable. De la misma forma, guardo un especial recuerdo de las otras lubinas que he capturado con paseante a oscuras, por eso creo que si el guión lo exige, vale la pena probar la pesca top-water a ciegas. Agudiza los sentidos como no lo hacen otras variantes, y la satisfacción posterior que proporciona una captura conseguida de esta forma también es especial debido a la alta exigencia técnica que requiere. Si ya lo habéis probado sabéis de lo que hablo. No obstante, sigo pensando que no hay nada como ver claramente la persecución y el ataque al paseante, pero esta entrada trata de intuición, no de estética.

jueves, 14 de febrero de 2013

Lubinas y paseantes, entre el amor y el odio



Preciosa lubina en superficie que entró a un paseante a pleno sol.
Recientemente explicaba en una entrada mi gusto por los paseantes hundidos, pero sus hermanos en versión flotante también los considero indispensables y los que me conocen saben que soy un deboto de la superficie. El caso es que también rindo culto a la lubina, dedico muchos ratos a su observación y unos pocos menos a su pesca. De esas salidas, la acción de superficie es la que copa más horas. Me gusta batir la capa de agua más superficial, tanto si pesco con paseantes como si decido poner un vinilo. Tal vez es esa emoción de pescar a pez visto, de sorprenderse gratamente y notar cómo se acelera el pulso cuando un llobarro se decide a romper el agua tras perseguir la muestra, a la vez que se oye el clásico "blop" cual botella de vino descorchándose.

Durante las noches estivales se suelen pescar lubinas con paseante.
No creo que mi adicción a esta pesca se ciña sólo a estas magníficas sensaciones que me regala cada encuentro con las lobas. Supongo que mi fé ciega en ella, y los buenos resultados que siempre me ha proporcionado, me da la seguridad necesaria como para ser consciente que estoy haciendo algo que funciona y tarde o temprano tendré el ataque esperado. La pesca en superficie es así. O te enamora, o la dejas de lado. Como una amante. Tengo amigos que la probaron y se decepcionaron, y otros que tuvieron fortuna y guardan un gran recuerdo de los paseantes. Lo mío es un caso aparte, los médicos aún desconocen el diagnóstico de la enfermedad que padezco.

Lubina capturada a spinning de superficie, con un paseante de gran tamaño destinado a anjovas.
Tras casi dos lustros pescando casi exclusivamente con paseantes y otros trastos top-water, no concibo una pesca más emocionante y estética que el spinning de superficie. Sólo la veo superada por el fly fishing, que apenas he probado pero sin embargo lo considero el súmmum de la finura y la plasticidad. Pero ciñiéndonos al spinning, la imagen de un pez persiguiendo y atacando un señuelo en superficie no tiene comparación. Da igual el tamaño del pez. No hace falta que te entre un gran bicho para que la pesca en superficie te seduzca. Incluso, a mi personalmente me impresiona y me emociona más cuando un pez relativamente pequeño entra a un gran stickbait. No dejan de ser animales salvajes que no dudan en atacar "peces" de su tamaño con tal de defender su integridad. Me fascina.

Total polivalencia...casi

Vamos a ver, no nos tomemos este enunciado como una máxima, es necesario matizar. Me refiero que los paseantes funcionan en todos los contextos estándar, pero no se puede afirmar que son polivalentes al cien por cien porqué su uso con agua muy movida y oleaje es más recomendado para otras especies que no se fijan tanto en el movimiento y sí en la velocidad del señuelo. Para la lubina prefiero usarlos en aguas calmas, o a lo sumo con poco oleaje, para que no pierdan la acción que les pretendo imprimir. Por tanto, volviendo a su polivalencia, se puede decir que ésta es total siempre y cuando sean utilizados con aguas calmas. A ver, eso no quiere decir que un día de levante no te vaya a entrar un buen llop a un paseante en pleno espumero, me ha sucedido, pero cuando mejores resultados he tenido ha sido con la mar como un plato o, a lo sumo, levemente rizada. Sin ir más lejos, mi actual récord personal de lubina lo capturé con paseante en aguas limpias y tranquilas, y además en plena canícula.

Con especies como la lubina considero indispensable la suelta.
Aunque los vinilos son inigualables en movimiento y naturalidad, los paseantes se alzan como mis señuelos preferidos para pescar lubinas. Se han ganado con creces mi confianza, en playas de arena y mixtas, en zonas rocosas, tanto naturales como artificiales, en puertos y en aguas salobres, de día, de noche, con luz artificial y en oscuridad total...¿Me olvido algúna situación más en la que se pueden pescar lubinas? Sí claro, con aguas muy bravas o en invierno cuando busca profundidad. Pero si reina la calma, y es necesario batir agua para rastrear, los paseantes tienen su sitio asegurado. No obstante, incluso en pleno invierno alguna lubina se ha atrevido a atacar en superficie...¿Qué más le podemos pedir a un palo con anzuelos que nada en zig-zag?

miércoles, 6 de febrero de 2013

Light spinning con stickbaits

Sargo común, Diplodus sargus, capturado a spinning con un señuelo del tipo stickbait.
Esta entrada se centra en la pesca costera de especies litorales, en concreto con equipos de light spinning y paseantes hundidos. La pesca ultra ligera va relacionada inevitablemente con el uso de jig-heads y vinilos, así como pequeños jigs y kaburas. Sin embargo, con señuelos rígidos de pequeño tamaño podemos obtener muy buenos resultados. Todo tiene, evidentemente, sus ventajas y sus desventajas. Aunque también utilizo pequeños minnows siento especial debilidad por los paseantes hundidos. Los resultados a corto plazo me han dado su confianza y a día de hoy recurro a ellos en muchas salidas, en especial cuando los peces están difíciles. La variedad de especies que he capturado ha sido notable, algunos de los mayores ejemplares de sargo que he capturado a spinning han sido con stickbait, y también me han entrado muchas especies que es más habitual capturar con vinilos. Sea cual sea el resultado global, siempre llevo a cabo la suelta de todas las especies que capturo a spinning, y recomiendo llevar a cabo esta práctica.

Sargo a spinning.

Los pros.

Entre las ventajas que encuentro a los hard baits es que su volumen, mayor que el de jigs o vinilos, mucho más compactados, es capaz de despertar la territorialidad y la agresividad de peces "parados", que se muestran impasibles ante muestras realistas y de menor tamaño que suelen ser letales en cuanto eficacia en la mayoría de jornadas. En ocasiones, grupos de varios sargos se han liado a perseguir y atacar mi paseante en una actitud más propia de las obladas, con picadas en superficie incluidas. Aún no he logrado provocar de esta manera a los sargos ni hacerles sacar a relucir tanta agresividad con otros señuelos. Otra ventaja que les veo, gracias a los actuales diseños, es que se lanzan bastante, sus acabados son muy buenos y la acción slow sinking nos permite dejarlos semi estáticos en el "punto crítico" deseado, a merced de la corriente. Muchos ataques suceden en este instante, en el que el señuelo permanece levemente suspendido, en lento hundimiento, cuando el pez acechador considera que su presa ha bajado la guardia y es el momento de lanzarse sobre ella.

Los contras.

La primera desventaja que veo a estos señuelos es que por culpa de su forma alargada y su hechura gruesa, los peces fallan muchas picadas aunque lleven triples. Por otra parte, en días con aguas muy movidas o con excesiva corriente, su poca densidad dificulta su control y es fácil que se produzcan enganches, además, su acción deja mucho que desear en condiciones adversas. Su diseño moderno no deja de tener inconvenientes ya que sus diseñadores, que en la mayoría de casos suelen ser japoneses, los idean con tal precisión que el cambio de los triples originales por otros de mejor calidad o por anzuelos simples suele afectar a su natación. Están muy bien equilibrados, sí. Pero una brizna de posidonia también es suficiente para que su acción pierda cualidades.

A continuación os dejo algunas imágenes de diferentes capturas, que muestran la variedad de especies que no dudan en entrar a estos señuelos y os animo a probar suerte con el tiki-taka sub-superficial.

Esta preciosa y joven doncella, Coris julis, atacó lateralmente un stickbait bastante grande para su tamaño, seguramente un acto de territorialidad.
Oblada, Oblada melanura.


Falso abadejo, Epinephelus costae.
Espetón, Sphyraena viridensis.
Anjova, Pomatomus saltatrix.