martes, 25 de noviembre de 2014

Anjovas a spinning en Baleares: todo un reto

Esta entrada está dedicada a uno de mis peces preferidos, la anjova. El pez de los mil nombres, que salta y pone a prueba los equipos de spinning en las aguas someras de nuestras costas. Se trata de una especie muy familiar para mi, ya que cuando vivía en Barcelona, era la captura más habitual con diferencia, por encima de lubinas y bonitos. Raro era el día que no las encontrábamos en la capital catalana, y de hecho, al Delta del Ebro sólo bajábamos uno o dos días al año, tal era su abundancia en Barcelona.

Esta es la mayor anjova balear que he capturado a spinning en superficie, de este mismo verano. Capturada con pencil-popper.
Esta relativa abundancia variaba cada año, habiendo años mejores y años peores en lo referente a su pesca con señuelos de superficie, pero aun y así, era nuestra captura más frecuente. Si me centro solo en el spinning de superficie es porqué se trata de la técnica que siempre empleábamos para esta especie, aunque en años buenos, también entraban ocasionalmente a jig-casting en las mismas pajareras de bonitos, algo más hundidas y al acecho, pero cuando íbamos a por anjovas, el spinning de superficie era la única opción que contemplábamos. Luego vino todo eso de mudarme, cambiar de escenario de pesca por completo y adaptarme a los lugares y las especies de aquí. Durante este periodo de adaptación y conocimiento de las Baleares, he ido sacando mis conclusiones, que no sé si me servirán de algo, pero darle al coco de vez en cuando me reconforta. El hecho es que en todo el archipiélago Balear, esta especie ha pasado a ser una reliquia, un pez incluso desconocido por muchos isleños. Las historias de anjovas XXL en Ses Illes se reducen a eso, historietas de hace años o bien capturas ocasionales con sardina.

Otra anjova de buen porte(12lbs en el boga), en esta ocasión capturada en otoño del 2012.
En lo referente al spinning, a penas se capturan algunos ejemplares, y suelen ser de talla pequeña. Pero eso no significa que no siga habiendo algún ejemplar de buena talla y que no pueda ser pescado en superficie. Al fin y al cabo se trata del mismo pez ya sea en la península o en las islas, solo que aquí casi no hay grandes ejemplares  y los contextos baleáricos nos obligan a tener en cuenta algunas adaptaciones.

Mi primera anjova balear, también capturada en invierno, hace ya tres años.
Se puede decir que de la misma manera que las tenía aborrecidas cuando vivía en la península, ahora empiezo a aborrecer los espetones de aquí y por contra, echo de menos a las "ratas" que es el nombre cariñoso que le pusimos en su día a las anjovas (véase este link por si os gusta el chafardeo): "Ratas"

A día de hoy las he pescado en todas las islas del archipiélago exceptuando Menorca, que aun no he visitado con material de pesca, pero todo se andará, es sólo cosa de bolsillo y tiempo. En las islas siempre han sido capturas puntuales, distanciadas varios meses entre sí, pero parece que cuando las empiezo a echar en falta, se acuerdan de mi y me hacen alguna visita agradable para recordarme que la anjova es un gran depredador, agresivo, potente, acrobático y además muy fotogénico. Sin duda, una especie con adeptos en todo el mundo, en especial los amantes del spinning de superficie, ya que este pez, si está, rara vez no da la cara. Y cuando se deja ver, se asegura que nos demos cuenta de su fuerza y ferocidad en los ataques. Es la especie ideal para aprender a sacar buenos peces en superficie y es que, la anjova cuando ataca, es que ataca de verdad. Lástima que aquí no abunden.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Llampugas a spinning en un metro de agua, espectacular!!

Llampugas desde costa a spinning en superficie, ¿qué más se puede pedir?
Hace años junto mi amigo Jose, nos encontrábamos ambos embarcados cerca del litoral barcelonés, buscando palometones y anjovas a principios de noviembre. Aquella mañana no vimos ni uno pero nos vimos rodeados literalmente por un banco de llampugas de primer año, ya muy crecidas, que seguramente iniciaban su migración hacia el Atlántico. No estaban por la labor, nos atacaron dos o tres veces el "días felices" y parsimoniosamente se alejaron no sin antes rodear la barca. Probablemente ninguna bajaba de los 3 kilos y algunas eran auténticos bichos de unos 4 o 5 kilos. Nos quedamos atónitos, no por el banco y los peces en sí, si no por el lugar, en una playa con sólo metro y medio de agua. ¿Y qué tiene que ver esta jornada del lejano 2008 con esta temporada? Sencillo. Este año han habido varios días que nos hemos encontrado con la mismo situación, pero esta vez sí que estuvieron por la labor.

Precioso ejemplar de llampuga capturado a spinning con popper, desde costa.
Pescar llampugas a spinning ya es de por sí vistoso. Si lo hacemos en superficie es aun más excitante. Pero si además las pescamos fuera de las profundas aguas azules, en sólo un metro o dos de fondo y con el agua cristalina, puedo asegurar que se trata de una experiencia única. Estar buscando palometones en aguas turquesas y que aparezcan las llampugas, no tiene precio. Recientemente, un amigo comentaba que no había nada como pescar lubinas, palometones y doradas en poca agua y a superficie. Y yo añado: no hay nada como pescar llampugas en estos contextos de transparencia y poca profundidad. Este año también las hemos pescado en spots "típicos" con profundidad pero las jornadas que las hemos pescado en aguas someras sin duda se llevan la palma y son las que mejores recuerdos nos han dejado.

Llampuga en superficie con popper.
Entre los señuelos estrella han destacado el ProQ 120 de Seaspin, seguido por el Pop Prey de Savage Gear. Cómo ven, las llampugas no han tenido miramientos a la hora de atacar señuelos más bien voluminosos, incluso han sido más efectivos que los bucktails u otras muestras más discretas y de reducido tamaño que normalmente son letales con las llampugas. En fin, el mar está loco, y así lo ha reflejado este otoño tardío. La duda que me queda es si el año que vienen tendremos otra vez la suerte de pescar llampugas en un metro de agua....sin duda, la pesca más excitante que he vivido en mucho tiempo.

Llampuga en superficie con paseante.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Savage Gear Manic Shrimp, la gambita asesina.


Hacía meses y meses que no agarraba el equipo ultraligero de rockfishing, pero esa jornada en la que nuestros amigos alemanes decidieron pescar ligero, me animé y me uní a ellos. Mi principal propósito era estrenar y probar las diferentes Manic Shrimp que aun no había testado y el resultado, a la vista de las capturas y el numeroso número de picadas, fue excelente. Probamos diferentes medidas y colores, con diferentes montajes, y con todos obtuvimos capturas, desde especies de fondo clásicas como la escórpora pasando a los codiciados espáridos.


Entre las especies que la Manic Shrimp cosechó en una sola tarde destacaron escórporas, vacas, raspallones, herreras, mojarras, un pequeño dentón y una doradita. El montaje que más empleamos fue el de vinilo con jighead, pero también nos animamos a montar las Manic Shrimp sin plomar, a weightless, para tentar doradas grandes pero muy listas. No conseguimos clavar ninguna aunque se mostraron "receptivas", sin embargo, el montaje weightless nos dió una captura inesperada de ocho patas.


Sin duda alguna, se trata de un vinilo muy polivalente, disponible en varios tamaños y con una gama de colores muy sugerente y efectiva. Pero lo que más me agrada de la Manic Shrimp es que, como el Sandeel Slug, la podemos montar de mil maneras diferentes: weightless, jighead, texas, carolina...Desde ese día que las probé por primera vez tengo muy claro que siempre van a ir uno o dos blísters en mi mochila. Los resultados hablan por sí solos. ¡Hasta la próxima!