domingo, 30 de marzo de 2014

Palometones y anjovas invernales en superficie

La pesca desde costa del palometón, Lichia amia, en modalidad spinning, va ligada a señuelos de superficie como paseantes, poppers, pencil-poppers y skipbaits.

Vayamos a por la segunda parte del viaje, la crónica sobre el spinning heavy. En total dedicamos 3 días al spinning de superficie y los resultados fueron soprendentemente arrolladores si los comparamos con el spinning light y el rockfishing. La primera de estas jornadas top-water empezó bien temprano y de forma bastante contundente. En los primeros 4 lances del día, me persiguieron, atacaron, fallaron, incluso se clavaron y desclavaron varios peces...tal vez ni se clavaran y simplemente retenían el paseante en sus fauces un par de segundos. El caso es que al quinto lance, una de esas retenciones se alargó, y tras un par de buenos cabezazos, el primer palometón del viaje iniciaba una carrera rápida hacia mar adentro, obligándome a meter en el agua hasta las rodillas para combatirlo cómodamente. Equipo al límite con freno bastante cerrado, bombeo rítmico y constante, y en unos 3 o 4 minutos ya asistía al pez por la cola. Primer round y a seguir de turismo.


Dejamos descansar el spot y volvimos 2 días después, pero en esa ocasión lo hicimos al medio día, con el sol bien alto, y tal cómo sucedió el primer día, al primer lance ya me habían fallado un ataque, y al segundo lance tenía al otro lado de la línea otro palometón batiéndose por su libertad. En un par de minutos ya estábamos a punto de meterle mano, pero se desclavó a escasos metros de nosotros, y a través de la cresta de la ola vi claramente como él y sus dos compañeros se iban por patas hacia el punto caliente. Recogí el sobrante que me había quedado tras la desclavada y lancé al mismo punto, y tras dos zig-zags del paseante, el agua explotaba de nuevo y se clavaba otro palometón, que esta vez sí llegaría hasta nuestras manos. Segundo round y de vuelta al apartamento ya que Tonina sufrió un pequeño percance en su rodilla con las espinas dorsales del palometón, que le dejaron un doloroso recuerdo.

Anjova balear capturada a spinning desde costa, empleando un señuelo de superficie del tipo pencil-popper.
Antes de regresar por tercera vez a la zona caliente, volvimos a dejarque el spot reposase un par de días, y volvimos al medio día. Pero esta vez no estaban los palometones...una pequeña horda de anjovas se apresuraba a dar caza a mi "días felices"en el primer lance de la jornada, y tras dos ataques fallidos, un parón en seco y un posterior salto lejano delataba que se trataría de una bonita anjova invernal. Remolcada rápida y en menos de un minuto volvía al agua. Me dió tiempo a cambiar de señuelo y tener otro ataque más por parte de las anjovas, pero se movieron y desaparecieron sin dejar rastro. Aunque daba igual, era nuestro último día de vacaciones y la semana había sabido a gloria. Sinceramente, esperaba más actividad de sargos que de palometones y anjovas, pero el hecho de capturar estas especies desde costa, en invierno y con señuelos de superficie, me hace mirar atrás y valorar el viaje de forma muy positiva, ya que se trata de capturas de mérito que no se consiguen ni todos los días, ni cada invierno, sin salir del Mediterráneo, claro. 

Con especies como el palometón y la anjova, considero indispensable la suelta de todos los ejemplares en las mejores condiciones posibles.  Para facilitar esta labor, todos los señuelos utilizados en este viaje llevaban anzuelos simples.
Ahora, a prepararse para la primavera, aunque a decir verdad, la presión que sufren especialmente los palometones en las islas es brutal y la norma es matarlos, por lo que detrás de cada captura hay días sin obtener resultados y cada año se hace más difícil capturar palometones de según que tallas desde costa. Hace pocos años estas especies eran mucho más comunes en Baleares, el palometón ha dado un gran bajón y las anjovas, conocidas como sabogas, hay isleños que ni saben su aspecto de lo escasos que se han vuelto estos peces. Desde este blog insistimos en la importancia de devolver estas dos especies de nulo valor gastronómico y que además contienen muchos metales pesados en su organismo que precisamente no son muy beneficiosos para la salud. Cada vez cuesta más dar con grandes depredadores, en nuestra mano está cuidar lo que tenemos para que lo disfruten nuestros hijos. ¿Han oído eso de pan para hoy y hambre para mañana?...pues eso.

lunes, 24 de marzo de 2014

Spinning ultra light y Rockfishing en Baleares

Ya estamos de vuelta después de unas breves pero intensas vacaciones en las Pitiusas, donde hemos combinado pesca y senderismo, aderezados con algo de fotografía, con la suerte que el clima ha estado de nuestra parte y hemos disfrutado de una semana entera de sol. Considero importante dividir la crónica del viaje en dos partes ya que el panorama del spinning más light y del rockfishing dista mucho del spinning más pesado en busca de grandes depredadores con señuelos de superficie. Ambas disciplinas nos han proporcionado resultados muy dispares, por eso cada una merece especial atención.

Tonina y un bonito merlo, Labrus merula, capturado con vinilo.
En lo referente al spinning más ligero, sinceramente nos hemos llevado una decepción. Era la variante en la que habíamos depositado más esperanzas y versatilidad, pero las todavía frías aguas insulares parecían muertas, carentes de vida. Hemos recorrido quilómetros enteros de costa lanzando todo tipo de muestras de lo más discretas, con bajos del 0'20 para abajo, y no sólo las capturas han sido muy pobres, si no que cada pesquero que visitábamos y rastreábamos parecía un auténtico desierto, donde solo se dejaba ver alguna castañuela, doncellas sueltas y algún que otro gobio.


A pesar de la poca vida en el litoral, hubieron algunas capturas que nos entretuvieron alguna que otra mañana. Los señuelos triunfadores fueron principalmente pequeños vinilos y paseantes hundidos, también de dimensiones reducidas. El compendio de capturas con equipos ultra ligeros ha sido bastante pobre pero se han dejado fotografiar algunas especies típicas del litoral Mediterráneo y hemos vivido algún (aunque breve) momento de frenesí alimenticio obteniendo varias capturas seguidas de espetones en pocos minutos, todos ellos de pequeño tamaño pero divertidos con equipos ligeros.


Todas las capturas han sido devueltas al agua en las mejores condiciones posibles, y para optimizar este propósito, antes del viaje reemplazamos todos los anzuelos triples por simples para así facilitar el desanzuelado y producir menores lesiones a nuestros amigos. Tan sólo una captura se ha desclavado durante el combate en todo el viaje, un dato a tener en cuenta a favor de los anzuelos simples. Si además añadimos que no hemos enrocado ni una vez y que se engancha mucha menos alga y suciedad que con los triples, su uso es muy recomendable. Y hasta aquí llega la entrada. En la siguiente hablaremos de peces y equipos más potentes, la otra vertiente del viaje.

sábado, 1 de marzo de 2014

Spinning con paseantes en invierno

Como ya sabéis los asiduos al blog y los amigos que me conocéis personalmente, los paseantes, o mejor dicho, la pesca en superficie es la que me gusta más, la que dedico más horas, y tal vez, la que mejores resultados me ha dado durante los últimos 8 años. Me gusta tanto esta pesca, que incluso en invierno la practico, a pesar de los tópicos y las creencias de muchos pescadores de spinning, que aún mantienen que se trata de una pesca para épocas del año más calurosas. En parte, es normal que sigan pensando eso, pues en invierno, al bajar las temperaturas, disminuye la actividad de muchas especies marinas depredadoras, y su ritmo biológico se ralentiza. De ahí que cueste más hacerles subir arriba y atacar un señuelo de superficie, pero, siempre hay un pero, si la orografía del pesquero es la adecuada y en sus dominios se hayan depredadores, les aseguro que no tardarán en dar señales de vida, y probablemente, incluso ataquen el artificial, produciéndose la tan deseada picada.

Mi último invierno en Barcelona el mar me regaló esta preciosa anjova, para seguir con la tradición 
de las capturas invernales en superficie.
Cuando vivía en Cataluña, cada invierno mojaba mis paseantes y demás cacharros de superficie, y cada año repetía procedimientos y costumbres porqué los resultados se dejaban ver. Las especies más típicas en el invierno catalán topwater son las lubinas, seguidas de las anjovas, la otra especie que también podía entrar en pleno invierno, aunque con mucha menos frecuencia que las labrax. Sin embargo, y por suerte, aquí en la isla la cosa cambia. El abanico de especies que se muestran activas y que son capturables con señuelos de superficie es mayor que en latitudes catalanas. Ese punto de más en la actividad de los peces le proporciona mucha más versatilidad a los paseantes que en otros puntos de nuestras costas, donde lo más probable es que nos entre una lubina y en sitios concretos alguna anjova. Pero, ¿y aquí? ¿que más puede entrar en superficie a parte de lubinas y anjovas, teniendo en cuenta que estas dos especies son poco abundantes en la isla? Sinceramente, creo que no existe una respuesta única y certera a esta pregunta. El hecho de que abunden otras especies como palometones, sargos, serviolas y espetones, y que las poblaciones de anjova y lubina sean bastante localizadas y menos abundantes, confieren a la pesca topwater insular un factor sorpresa que me devuelve a mis inicios en el spinning. Esa esencia de misterio e incertidumbre, el no saber qué va a entrar, algo similar a lo que se siente cuando pescas en un spot nuevo o estás de viaje.

La lubina es un pez de agua fría que lógicamente también se muestra activo en superficie durante los meses de invierno.
En la pesca, como en la vida misma, la monotonía aburre, y para un amante del spinning topwater, resulta aburrido pescar siempre las mismas especies. Tal vez por este motivo cada vez me gustan más las islas y me siento más afortunado de haber hecho este cambio, hablando en términos de pesca. No es lo mismo ir a pescar y saber casi seguro los peces que encontrarás, que ir a pescar y llevarte una sorpresa en casi cada salida...sin duda, la segunda opción es más emocionante!! Y así estamos, disfrutando de cada salida, ya sea por los maravillosos paisajes, por la variedad de especies o por el tan codiciado factor sorpresa que rompe con la monotonía y que hace más llevaderas nuestras vidas. Pero a mi, que no me quiten mis paseantes...