lunes, 22 de enero de 2018

Sargos a spinning


Sargo común capturado a spinning con un jerk minnow de 12 cm.
La última entrada ya iba de sargos, pero me centré en su pesca con equipos de rockfishing así como en los montajes propios de esta disciplina, pero dejé entrever que más adelante hablaría sobre estos mismos peces, los sargos, y su pesca con señuelo mediante la variante más ortodoxa, el spinning convencional. Vayamos al lío, pues. Los sargos son unos peces de tamaño más o menos contenido y ello les excluye del grupo de peces de mayores dimensiones que podemos pescar a spinning en nuestras aguas mediterráneas. Pero, pese a su medida modesta, la resistencia que exhiben y su desconfianza a la hora de tomar los cebos artificiales, hacen de la pesca de sargos a spinning una opción que tiene muchos adeptos en los días que corren. 

Cuando los sargos tienen cierto tamaño, no es necesario utilizar assists en los vinilos.
Cuando vivía en Barcelona, su captura solía darse mientras buscábamos lubinas, en mismos escenarios y condiciones de mar y viento, si bien, era mucho más habitual capturar las esquivas labrax y las capturas de sargos se convertían en algo puramente anecdótico cuando fallaban otros peces pretendidos de mayor porte, como era el caso de las ya mencionadas lubinas. Por contra, al mudarme a Baleares, la proporción de capturas de ambas especies, ligada a su presencia y abundancia, se tornó a la inversa, y pasé a capturar sargos de forma más habitual que las lubinas, que pasaron a algo más esporádico. Esta situación me ha permitido dar con buenos ejemplares de sargo común, además de capturar otras especies que comparten hábitat con los sargos, lo que vengo denominando desde hace unos años como las "sorpresas mallorquinas".

Sargo de buen tamaño capturado a darting durante la temporada 2015.

Otro sargo a spinning capturado a darting en la temporada 2014. Véase el anzuelo del jighead perfectamente clavado sin necesidad de usar assist.
Vayamos ahora a las situaciones en las que me he topado con los sargos y he salido airoso. A diferencia de otros compañeros afincados en otros puntos de la geografía española y que pescan los sargos en condiciones de calma chicha, en Mallorca se dan condiciones más favorables para pescar sargos cuando el mar está agitado y se bate formando espumeros. Este escenario y condiciones se asemejan mucho a las del Cantábrico y del Atlántico, donde la pesca de sargos está también arraigada a los espumeros. También los he capturado con mar en calma y nada de viento, sin apenas rompiente, pero más bien han sido capturas puntuales. En cambio, cuando las olas pegaban en su justo punto y rompían enturbiando el agua, es cuando he disfrutado de las mejores jornadas, pudiendo capturar varios ejemplares de sargo mezclados con otros peces como herreras, obladas y lubinas.

Los sargos pequeños son los que mutilan más vinilos, pero aun y así, también se clavan sin necesidad de usar assist.
Parece sencillo, parece que baste con esperar a que haya algo de mar e ir a por ellos, pero el caso es que los sargos no siempre se muestran receptivos con los señuelos y es aquí cuando se complica la cosa. Evidentemente, una medida a tomar para reducir las complicaciones es afinar la presentación de los señuelos y si es necesario, reducir su tamaño para facilitar que los sargos se claven el anzuelo ya que no se trata de un pez de gran boca, en especial si estamos usando señuelos de vinilo con cabeza plomada. Personalmente ya no soy partidario de poner assist a los vinilos, no sólo porqué entorpecen la natación y el movimiento natural del vinilo, sino porqué en la mayoría de ocasiones, los ejemplares que mutilan la cola de los vinilos son los más pequeños, que muerden desde atrás. De esta manera, si sólo pescamos con el único anzuelo del jighead, tal vez perderemos más colas de vinilos pero evitaremos sacar del agua y lastimar a los sargos de menor tamaño. Cuando un sargo de buen tamaño ataca un vinilo suele hacerlo de lado o bien mordiendo a la cabeza, y en caso que lo haga desde atrás lo más seguro es que se trague suficiente goma como para clavarse el anzuelo del jighead, así que no nos debería preocupar que el vinilo no disponga de assist. Incluso los pequeñajos, en muchas ocasiones cuando atacan sin miramientos se clavan del anzuelo simple y es innecesario el assist, tal como se puede apreciar en una de las fotos que ilustran esta entrada, en la que aparece un jovencísimo sargo que entró a un vinilo sin assist.

Gran sargo a spinning que entró a darting, embocando un sandeel de 16 cm.
Con los señuelos rígidos ya es otra historia, simplemente por la configuración del señuelo que en la mayoría de casos va armado con anzuelo en cola y vientre. Con esta disposición de los anzuelos, es más fácil que se clave un sargo en su primera acometida al artificial, mientras que con los vinilos, no es raro notar un toque o dos previos a la clavada. Hace ya unos años escribí varias entradas donde me centraba en la pesca de espáridos con hardbaits y en la pesca a spinning con stickbaits, por lo que no me extenderé en el empleo de los hardbaits y su relación con los sargos. Estos son los enlaces a esas entradas que complementan la presente entrada, y que se centran en el spinning con señuelos rígidos(hardbaits): Light spinning y stickbaitsEspáridos y hardbaits.

viernes, 15 de diciembre de 2017

Sargos a rockfishing

Sargo común, Diplodus sargus, capturado a rockfishing con vinilo.
Tras dedicar la temporada anterior principalmente al spinning medio-heavy y especies mayores, durante la temporada 2017 hemos vuelto a practicar lrf, rockfishing ultra light, dedicando bastantes jornadas a esta modalidad. El principal objetivo han sido los sargos a rockfishing, habiendo capturado varias de las especies habituales: sargo común, mojarra y raspallón. Aunque también hemos capturado otros espáridos como es el caso de doradas y herreras, además de otras especies bentónicas típicas del rockfishing en el Mediterráneo, como lábridos, góbidos y serránidos, así como pequeños carángidos.

Tonina y su primera mojarra, Diplodus vulgaris, a rockfishing.
Para este propósito hemos empleado los vinilos con dos tipos de montaje: Texas rig y jig-head. En ambos montajes no hemos excedido de 1.5 gramos de lastre, empleando bajos de fluorocarbono del 0'20. Con aguas claras, y en especial, en lugares donde reciben fuerte presión pesquera, los sargos lo ponen difícil y es necesario pescarlos con poco peso así como reducir el diámetro de los bajos de línea. De noche pierden parte de su desconfianza, tal como sucede con otros peces, pero los de mayor tamaño mantienen la alerta a pesar de la nocturnidad. Con los sargos de tamaño estándar ya cambia la cosa y se dejan engañar más fácilmente, siendo normal que entre sargo y sargo se capturen raspallones, mojarras, o las ya mencionadas doradas y herreras, tal como nos ha sucedido durante estas jornadas nocturnas.

Raspallón, Diplodus annularis, capturado a rockfishing.
La mayoría de las jornadas de pesca dedicadas al rockfishing las hemos llevado a cabo de noche, cuando la tranquilidad reinaba. Sin embargo, este verano, en más de un día de playa me he llevado el equipo y un puñado de vinilos, capturando algún que otro pez. Entre baño y baño nunca están de más unos lances y en plena canícula, con las costas mallorquinas repletas de bañistas y embarcaciones, la pesca más light suele ser una opción más que acertada. A pesar de obtener mejores resultados a rockfishing, este año los sargos y otros espáridos también se han dejado querer con técnicas propias del spinning ortodoxo y convencional, pero de ello hablaremos en otra entrada dedicada específicamente a los sargos a spinning, de mientras, disfruten esta entrada y sus fotografías.

Sargo capturado a rockfishing desde una playa, en horario diurno.
Otro sargo a rockfishing, esta vez capturado desde un espigón.

viernes, 24 de noviembre de 2017

Maldivas a popping, primer contacto


Tal como prometí en la anterior entrada del blog, este nuevo post trata de nuestras vacaciones allá en el lejano Índico, a finales del pasado 2016, más en concreto, en uno de los destinos más bellos y genuinos del globo, el archipiélago de las Maldivas, al sur de la India. Qué mejor escenario para una luna de miel de dos enamorados del mar, que son mi mujer y el que narra. Un destino magnífico donde desconectar y disfrutar de un entorno tropical, de la gastronomía local y sobretodo, de la exuberante fauna marina( y terrestre, a pesar del pequeño tamaño de estos islotes). Es por todos sabido que a este destino anualmente acuden buen número de submarinistas para seguir la danza de las rayas manta o de los tiburones ballena mientras se deleitan con una de las mayores concentraciones de biodiversidad del océano. Asimismo, se trata de uno de los destinos de pesca tropical más caros y exclusivos del planeta, donde conviven en torno al millar de especies distintas de ictios. Sin embargo, en nuestro caso nos alejamos de los circuitos turísticos y optamos por alojarnos en una isla del sur, en un pequeño hotel local. Sólo aclarar que durante esas dos semanas fuimos 2 de los únicos 5 o 6 turistas que había en aquella pequeña isla. Nada que ver con los resorts y lodges de otras islas, donde no es raro coincidir con 20 europeos, 30 americanos y otros tantos huéspedes de origen diverso. La tranquilidad que aporta una pequeña isla local permite realmente desconectar de lo mundano.


Como uno se puede imaginar, en tal contexto, la fauna marina, y en concreto los peces, abundan sobremanera. La isla era tan pequeña que bordeando su orilla la rodeábamos en menos de veinte minutos, a paso tranquilo, deleitándonos con tortugas, rayas, escualos de puntas negras y trevallies variados, amén de múltiples especies de arrecife. Sí, todo eso se podía ver en la misma orilla de la isla mientras dabas un paseo. A pesar de no haber contratado ningún chárter ni ningún guía, me llevé un par de equipos, uno de popping y otro de spinning convencional. El primer equipo es el que utilizo en el Mediterráneo desde hace años para los atunes, totalmente sobrado para estos peces hasta pesos en torno los 50 kilos, concretamente una Shimano kaibutsu light pleasure hasta 120 gramos de lance, emparejada con el clásico Stella FA 10000, el modelo antiguo. El segundo equipo, el de spinning, era el mismo que utilizo para pescar desde costas rocosas en Mallorca, adecuado para palometones, serviolas y dentones. En cuanto a señuelos, me llevé tan sólo 12 artificiales: 6 para popping( 2 poppers, 3 stickbaits y un pencil-popper), 2 jigs medio-pesados para probar algo de jigging, y otros 4 para spinning( 2 vinilos y 2 paseantes). Lo primero que diría cualquiera es: ¿Sólo te llevaste eso al trópico? Y la respuesta es sencilla. A punto de acabar el año, vimos un vuelo muy barato a Maldivas que nos resultó irresistible y tan sólo me dio tiempo a comprar lo justo: anillas, triples, 4 señuelos de superficie baratos...Obviamente opté por llevarme lo que tenía en lugar de dejar las cañas en casa y preferí comprobar in situ si eso bastaría con los peces tropicales a quedarme con la duda. El caso es que ese material que era sobrado en el Mediterráneo, resultó insuficiente con los mayores ejemplares de Maldivas, pero tal fue la cantidad y variedad de capturas que no me arrepiento. Al contrario, visto lo visto, no llevarse nada de material hubiera sido un craso error. O, ¿acaso seríais capaces de estar dos semanas rodeados de tiburones, gt's y meros de colorines sin poder echar ni un solo lance? quien diga que sí debe ser masoquista.


El caso es que allí estábamos, en un atolón alejado de la capital, Malé, apartado de los circuitos turísticos, con muchos peces y, por suerte, con un par de equipos que no tardé en cerciorarme que serían insuficientes para el porte de los peces de esas aguas. Todos los peces más grandes que pegué, rompieron como si nada trenzados de 65 lb, bajos de 80 lb e incluso cordaje de assists de varios milímetros de grosor. Un equipo y sedal que hasta la hora habían sido inexpugnables pescando atunes, se quedaban a la altura de la mantequilla con los peces de Maldivas. Bastaron 7 petadas de estas( 2 desde el arrecife con el agua por la cintura y otras 5 embarcado) para reducir alarmantemente mi stock de señuelos y me vi obligado literalmente a pescar los tres últimos días con un solo señuelo y un solo jig que conseguí de rebote en un pequeño colmado de la isla vecina. No obstante, con algo de pericia, pude poner en seco gran variedad de especies y algunos peces más que decentes, con el miedo de quedarme sin señuelos ni donde comprarlos, tal era el aislamiento en aquel atolón del sur. La pequeña barca local con la que suelen hacer excursiones de snorkel, y donde veían por primera vez hilo trenzado y popper, bastó para cubrir nuestras ganas de pescar embarcados. Tras llegar a un trato con los locales, arreglamos varias salidas con esa barca, combinando las horas con el matrimonio ruso y su hija, que estaban esos días en la isla. Si los rusos salían por la mañana, nosotros tomábamos el relevo y salíamos por la tarde y viceversa, si ellos salían por la tarde nosotros lo hacíamos por la mañana, nunca excediendo las 3 horas de pesca. En 5 jornadas de tan sólo 2-3 horas cada una, pudimos poner en seco hasta 17 especies distintas, entre las que destacaron peces que me hacía ilusión capturar algún día en superficie: GT, meros tropicales, red snapper, tiburones grises (sí, tiburones a topwater, de lo mejor que he vivido) y otros clásicos del popping y el jigging tropical. 


¿Se imaginan esos 5 días, saliendo todo el día a la mar, con equipos a la altura de los GT, dientes de perro y meros de mayor tamaño, y provistos de un buen repertorio de señuelos? Es algo que descubriremos en nuestra próxima expedición a Maldivas en febrero del venidero 2018. En esta ocasión, no viajaré con mi mujer, será un viaje exclusivamente de pesca, con cañas de mayor libraje, líneas de 130 lb, bajos de 200 lb, assists de metal "anti-dogtooth", y un arsenal considerable de jigs, vinilos y señuelos de superficie. Si quieren apuntarse y vivir una aventura tropical en un destino del Índico, a través de nuestra página de facebook y nuestro sitio web pueden contactar con nosotros e informarse al respecto. De momento, les dejo esta entrada introductoria de lo que es la pesca con artificial en Maldivas, un pequeño extracto de unas vacaciones que para mi fueron irrepetibles. ¡Hasta la próxima!