miércoles, 28 de abril de 2010

Gran Canaria 2010, en contra del alisio


Desde que pisé Granca, me dije a mi mismo que era un lugar al que volvería más veces. Esta vez, fui acompañado de mi amigo Cisco, con quien he disfrutado al máximo durante los pocos ratos que la climatología nos ha permitido pescar. El fuerte alisio tan sólo nos dejó una tarde y una jornada entera para embarcarnos con nuestro buen amigo Ángel. Las otras tres salidas fueron dedicadas al spinning costero, en un entorno totalmente distinto al que presenta la artificial costa de Barcelona. Roca viva, desniveles y accidentes costeros irregulares hacen de esta isla un paraje sin igual para el lance ligero y la fotografía. Lástima que las nasas sigan ejerciendo una fuerte presión sobre las especies locales. Sin tal presión, la productividad de estas aguas sería muy superior.

Jigging interruptus

El principal objetivo de nuestra visita era dedicar las salidas a jigging, pero el alisio sólo nos dió permiso para jiguear durante medio día. A primera hora, apenas había deriva. Cisco capturó un loquillo y una bicuda que se soltó justo antes de embarcarla pero no se quedaría ahí, ya que más tarde tuvo dos trancazos que olían a espárido local. Al mediodía el viento que se levantó fué excesivo, aún con Ángel luchando al timón para mantener nuestras lineas con la mayor verticalidad posible, por lo que decidimos cambiar el jigging por el spinning. El alisio nos cambió la perspectiva del viaje, no nos quedó más remedio que resignarnos y dar por hecho que el viento no nos permitiría jiguear ni un día más. Jigging interruptus.


El spinning insular, nuestro mejor aliado

Ante la cruda realidad, no nos quedaba otra que optar por el spinning, que fué la mejor alternativa al mal tiempo. Dedicamos dos tardes al spinning embarcado, con gran actividad y múltiples ataques a nuestros señuelos de superficie. Entre las especies que encontramos en el pesquero había pejerreyes, sierras y bicudas, las tres especies típicas del spinning insular. Perdimos varios peces, entre los que destacó una bicuda bien maja que se me soltó en la misma popa. El número de capturas podría haber sido mayor, sin embargo disfrutamos como niños con la acción top-water y con una escena dantesca protagonizada por dos actores nativos...Presenciamos cómo dos guanches se estamparon con su diminuta néumática contra las rocas para buscar lapas, pescar al coup o Dios sabe qué. No logramos descifrar el enigma, pero nos quedó constancia que aquellos dos tipos se estaban jugando el tipo arriesgadamente con unas intenciones poco sólidas. Sin duda fue un espectáculo inaudito, fauna local en acción.

Anjova o pejerrey canario, capturada a spinning en superficie con un clásico, el Patchinko 140.

Agradecimientos

Quisiera hacer una mención especial a Ángel Hérnandez, patrón y guía a la carta, siempre atento a sus huéspedes, y dispuesto a acompañarlos en cada salida. Su experiencia y su empeño fueron la clave, en todo momento estuvo allí para animarnos. Tanto en el jigging como en el spinning, un buen patrón es determinante, y él es un patrón que antepone la amistad a la pesca, de ahí su éxito y el de sus invitados. Gracias amigo.

Me supo mal no coincidir con Rafa, Jose y Aitor. Menos mal que Angelote, el famoso man in black, apareció in extremis en "la última cena", condimentada con risas, anécdotas y degustación inclusive de papas con mojo y sierra. Una vez más, me llevo buen sabor de boca, y les prometo que volveremos. Un abrazo a todos.